Un hombre muere tras un intento fallido de rescate hacia su amada, a la que intentaban matar unos sicarios contratados por enemigos de esta. El señor Calisto tropezó por las escaleras y murió al instante. Decenas de personas están acongojadas por la muerte de este preciado hombre en su pueblo.
El pasado martes 3 de Marzo ocurrió en la huerta de Melibea una terrible y a la vez patosa muerte del señor Calisto, muy conocido por los habitantes de su pueblo.
Nos cuentan los vecinos y testigos que Elicia y Areúsa contrataron a un sicario llamado Centurio para asesinar a Melibea; su objetivo era vengar la muerte de sus tres seres queridos, procesada por el amado de Melibea, con el fin de dañar a la propia Melibea. Las razones de la muerte de estos, fueron por temas de dinero y estafa a los asesinos.
El señor Calisto, junto con sus criados Sosia y Tristán, fueron a la huerta de Melibea porque tenían una cita. Oyeron ruidos y rápidamente supieron que estaban intentado asesinar a la pobre e indefensa muchacha que, por la distancia de los ruidos, se encontraba en su habitación. Sus criados intentaron detenerlo porque su deber era proteger hasta la muerte a su amo, pero nada ni nadie fue capaz de detener a este hombre enamorado. Intentó subir demasiado deprisa las escaleras para impedir el asesinato de su amada, tropezando y cayendo así, cosa que le causó la muerte.
El muy buscado Centurio, un sicario bastante conocido, se fue sin llevar acabo su trabajo, por miedo a que le pudieran coger y encarcelarle o cualquiera de las cosas que se merecía.
Melibea al enterarse de la muerte de su amada, cayó en una fuerte crisis emocional, y más sabiendo que lo único que intentaba era salvar la vida de su persona.
Esta trágica muerte está causando mucha polémica entre todo el mundo, ya que al ser una muerte bastante graciosa hay un gran porcentaje de personas que se ríen de esta forma tan patosa de morir. Otro gran porcentaje defiende lo valiente que fue Calisto por intentar salvar a su enamorada. Y el porcentaje restante se está quejando a las altas autoridades por tener aún en libertad al sanguinario sicario.
Esta es una imagen tomada por un fotógrafo infiltrado de los trágicos amantes Calisto y Melibea, que nunca más se podrán encontrar.
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